A pesar de lo trillado que estĆ” el tema de los vampiros, siempre aparecen joyitas que merecen ser visionadas. Este dorama podrĆ­a ser una de ellas, ya sea porque no todos los chupasangres son buenos, ya sea por el inesperado final.
Coged palomitas, kleenex, mantita, agarraros al chico con fuerza y disfrutad aunque sea por una tarde.

La luna llena Makoto Natsukawa es profesora de secundaria. Un dƭa de lluvia ve a un chico con una sudadera oscura con capucha, que parece a punto de tirarse de un puente. Sin pensƔrselo, lo coge del brazo, descubriendo que estƔ herido y lo baja. Al mirarlo se queda sorprendida: es la viva imagen de su primer amor.

Unos dĆ­as despuĆ©s, llega a su clase un estudiante transferido: Ruka Kuromiya, el chico al que salvĆ³.


Kuromiya es un vampiro al que aĆŗn no le han salido los colmillos, debe encontrar a la mujer que tiene destinada y ha sido enviado con los humanos para tal fin; pero Ć©l odia a los humanos, los ve tan inferiores y tan dĆ©biles…
La noche eterna. Yuma Nakayama da vida al vampirillo en ciernes Ruka Kuromiya. Bastante inexpresivo, pero con una carrera como mĆŗsico que se deja ver cuando toca el piano y en alguna canciĆ³n con su grupo BIShadow; como su personaje es arisco y poco hablador durante los 5 primeros episodios, poco que opinar. Eso sĆ­, a su favor, tiene una mirada muy penetrante que asustarĆ­a a cualquiera en un callejĆ³n oscuro.

Natsukawa es interpretada por Rosa Kato, una prolƭfica actriz a la que hemos podido ver en varios doramas de corte romƔntico como Door to door. Su cara aniƱada y expresividad desbordante, hace creƭble cualquier personaje en el que se mete.

Pero, como en casi todo dorama, hay un triƔngulo amoroso, en este caso dos: Kuromiya-Natsukawa-Fuji (subdirector enamorado de la profesora) y Kuromiya- Natsukawa-Takaki (alumna que siente algo por el vampiro).


MenciĆ³n aparte merece el maestro vampiro, Kaito, interpretado por Kondo Masahiko, ese piloto de carreras semi-profesional, cantante y letrista, presente en un buen nĆŗmero de doramas, que aporta elegancia y savoir faire al personaje, excepto cuando se rĆ­e: la carcajada sardĆ³nica decididamente no es lo suyo.


El resto del elenco secundario, correcto.


La banda sonora transmite inquietud en muchos episodios, volviĆ©ndose bastante repetitiva; una sinfonĆ­a que quiere llegar a ser lĆŗgubre y se queda en el intento.
Fin del sueƱo

Durante diez episodios veremos la transformaciĆ³n de Ruka. MĆ”s que transformaciĆ³n, encuentro; esos recuerdos que nunca desaparecen del todo, la humanidad que pese a todo anida en todas y cada una de las criaturas de la noche, es en definitiva la cuestiĆ³n.


Un CrepĆŗsculo a la japonesa, con muy distinto final y sin licĆ”ntropos de por medio, para alimentar ese romanticismo que siempre han despertado las relaciones entre vampiros y humanos: las relaciones imposibles, el amor eterno.
Una vez mĆ”s, asistimos al enamoramiento de lo prohibido. CĆ³mo el chupasangre deja de ver a los humanos como comida (de hecho, nuestro protagonista no llega a probarla, aunque lo intenta) y la soledad, algo que le acompaƱarĆ” el resto de su vida y de la que es experto Kaito, con cuatro siglos a sus espaldas.


Con las emociones vetadas, todo condensado en 10 capĆ­tulos, una serie para recapacitar, para dar gracias por despertarnos cada dĆ­a y sentir, bueno o malo, pero sentir a fin de cuentas. Con una interpretaciĆ³n mĆ”s que correcta y un hilo narrativo atrayente, os recomiendo que la veĆ”is sin crearos falsas expectativas: es para pasar el rato y seguir soƱando con las criaturas nocturnas.


Ficha tƩcnica:

TĆ­tulo original: Koishite Akuma-Vampire Boy
GĆ©nero: Romance, vampiros
PaĆ­s: JapĆ³n
AƱo: 2009
NĀŗ Episodios: 10