Se dice que no puedes llevarte una decepciĆ³n cuando ya no esperas nada. Es lĆ³gico, piensen, si no esperas nada, o simplemente lo peor, solo te puedes llevar alegrĆ­as. Es una forma de vivir patĆ©tica, pesimista, pero es una forma de vivir al fin y al cabo. Cuando me aproximĆ© a lo que os presento hoy lo hice sin esperarme nada, por ello solo puedo aducir que lo que me encontrĆ© fue lo que esperaba, un cĆ³mic que era imposible que decepcionase. Los Combates Cotidianos, simplemente magnĆ­fico.


Marco es un joven que ha perdido la ilusiĆ³n por su trabajo, la fotografĆ­a, y que ademĆ”s sufre crisis por las que lleva acudiendo al psicĆ³logo desde hace aƱos. Por ello decide aparcarlo todo, retirarse al campo y vivir.


La serie, compuesta de cuatro tomos, nos sumerge poco a poco en los problemas de Marco, empezando por una presentaciĆ³n del personaje, de sus preocupaciones, de su exigencia de soledad pero a la vez de las relaciones humanas y de la necesidad de ellas, de la angustia; del miedo a cambiar, a pesar de ser consciente en lo mĆ”s profundo, de sus dudas, de que finalmente el cambio se producirĆ” inexorablemente. A pesar de la grandilocuencia de lo que se narra a lo largo de las viƱetas, siempre queda espacio para el humor, en todos los tomos. Ahora bien, si algo es innegable es que el trabajo en el guiĆ³n de Lacernet hace que algo tan cotidiano, tan sencillo y enrevesado segĆŗn los momentos vitales de la persona, se desarrollen de una forma amena, que engancha.  


Los monĆ³logos internos, ese mĆ­tico recurso literario explotado de forma soberbia en Cinco horas con Mario, conforman una parte nuclear de la obra, se nos presentan frases, pensamientos que en principio nada tienen que ver con lo que estĆ” aconteciendo, o al menos no de una forma totalmente plausible, rompiendo ademĆ”s con el transcurso natural de la historia. Estas fases, de gran interĆ©s a la hora de descubrir el pensamiento del protagonista, y en cierto modo del autor, se nos presentan en pĆ”ginas donde Marco expone las fotografĆ­as que centran su trabajo en cada tomo: la naturaleza, los astilleros de su niƱez, el taller de su padre y juguetes; y a su vez, nos sumergen en los nĆŗcleos centrales de cada tomo: el descubrimiento personal, los lazos con el pasado, la muerte y la vida en las figuras paternales, siendo el color predominante en esas pĆ”ginas el sepia.

Uno de los puntos fuertes de la obra es la negativa de Marco a suministrar su ADN para una nueva generaciĆ³n. Una familia es una responsabilidad que nunca se debe tomar a la ligera, pero no parece ser que el problema de Marco radique en esos asuntos. Marco busca diferenciarse, acentuar su individualidad. En cierto modo puede verse como rebelarse ante lo impuesto por la sociedad en un intento banal de desasirse de los grilletes de la "presiĆ³n social", y no entendida por el quĆ© dirĆ”n, sino por el mero hecho de que grosso modo, las vidas humanas no se diferencian en gran cosa: naces, al colegio, el instituto, tu primer trabajo o la universidad, trabajar hasta los 67 aƱos, los achaques de la vejez y pasar a ser comida para gusanos. Nos diferencia el cĆ³mo ha acontecido esa serie de hechos, prĆ”cticamente equivalentes en la sociedad en la que nos desarrollamos y casi con seguridad se ha desarrollado el autor, nunca en el quĆ©, porque es idĆ©ntico. Marco quiere escapar del destino que la sociedad ha impuesto sobre las vidas de la mayorĆ­a de las personas, y su negativa a la paternidad es sĆ³lo un reflejo de ese intento desesperado y que suele ser infructĆ­fero.
Otros aspectos relevantes de la obra son pequeƱos detalles que redondean la obra, como la demostraciĆ³n del paso del tiempo mediante el empleo de una misma imagen en estaciones diferentes, sugiriendo de forma velada que los procesos de cambio de la personalidad tardan en asentarse, o mejor dicho, en admitirse. Los personajes secundarios: Georges –petas de los gordos, debĆ­a poner la frase- y su familia, Emilie, el vecino, sus padres y los hombres de los astilleros, todos tienen sus propios problemas, sus miedos y anhelos, que son dispares pero relacionados todos. Como consejo os digo que prestĆ©is gran atenciĆ³n al diĆ”logo del Ćŗltimo tomo entre Marco y el compaƱero de su padre del astillero, que posee una gran fuerza y transcurre por derroteros muy actuales en Francia, paĆ­s del autor.

AsĆ­ mismo, el color rojo tiene una elevada importancia a lo largo de la obra, ya que es el color que emplea Lacernet para representar la angustia y las crisis que sufre Marco, normalmente ante acontecimientos de gran calado dentro de la historia y que se dan de forma natural, sin calcularlo para dejarte en vilo para el siguiente tomo. Otro pequeƱo detalle es la apariciĆ³n, en el cuarto tomo, de una imagen de Sarkozy, simple curiosidad relacionada con uno de los nĆŗcleos del tomo, y a su vez en Ć­ntima relaciĆ³n con sucesos acontecidos en el segundo Ć”lbum de la obra, en el que se puede ver como la clase polĆ­tica influye en las personas que mĆ”s sufren por ver cada dĆ­a en entredicho su posiciĆ³n laboral –que a la postre es la fuente de ingresos que les permite llevarse algo a la boca- para crear presiones sociales a favor de sus partidos y programas. En este caso, la xenofobia se hace patente en ciertos trabajadores de los astilleros, como Bastounet, que culpabiliza a la inmigraciĆ³n por la pĆ©rdida de su fuente de sustento, reflejando la problemĆ”tica social francesa, donde recordemos que el Frente Nacional es una potencia polĆ­tica liderada por Le Pen, que encuentra en esas clases sociales el apoyo para su partido.

Manu Larcenet es un historietista francĆ©s, especialmente reconocido por su colaboraciĆ³n en la mĆ­tica saga de La Mazmorra (desde aquĆ­ aprovecho para exigir a nuestros lectores que no se la pierdan) de Trondheim y Sfar y por la obra que nos ocupa, por la que obtuvo el reconocimiento del Festival de Angulema al mejor Ć”lbum publicado en 2004. Entrar a valorar su estilo de dibujo no me compete ya que para gustos los colores, sin embargo llama poderosamente la atenciĆ³n la diferencia que existe entre los personajes, equĆ­vocamente sencillos, pero que destilan personalidad por los cuatro costados. Respecto a los escenarios y fondos, la mayorĆ­a de las veces Ć©stos estĆ”n vacĆ­os, sin embargo, de vez en cuando, el autor nos deleita con unos paisajes que demuestran el buen hacer y la sapiencia de Larcenet, un autor al que habrĆ” que seguir muy de cerca.  



El gĆ©nero costumbrista es un gĆ©nero poblado de clichĆ©s, y con esto me refiero a que es un estilo muy agradecido, debido a la suma facilidad que ofrece al, en nuestro caso, lector para situar la situaciĆ³n y la realidad de los acontecimientos. Ello se debe a que lo que se relata es un retrato de la sociedad, una sociedad en la que vive la persona, y por lo tanto es familiar a ella. Aparte, existen grandes dosis de autobiografĆ­a en los tomos: la vida apartado de la ciudad, el personaje un artista –de la fotografĆ­a, eso sĆ­- y cierta forma de viaje interior y redescubrimiento de la persona se destilan de la obra.



Pero el costumbrismo tambiƩn lleva implƭcito un handicap, cuenta historias tan reales como la vida misma, o al menos sin un Ɣpice de fantasƭa, es decir, historias que pueden acontecer, y que acontecen sobre el personaje principal. Si no se soporta al mismo, la historia pasa a ser algo insoportable, ya que no despertarƔ el mƔs mƭnimo interƩs. Si no te interesa alguien, menos te interesarƔ su vida, porque al fin y al cabo, una persona son los acontecimientos que le han hecho ser lo que es. Por suerte para nosotros, Marco es la empatƭa personificada.

Como conclusiĆ³n, nos encontramos ante una obra que llega al lector no por su dibujo, peculiar respecto a los personajes pero altamente expresivo y rebosante de calidad, preciosista con escenarios, ni por su colorido majestuoso, ni siquiera por un desarrollo del ritmo magistral, intercalando momentos de gran dureza y desasosiego con sucesos mĆ”s ligeros y agradables, intercalando los silencios con los diĆ”logos e incluso monĆ³logos; sino por el hecho de que la trama es tan real como lo es la vida misma: IMPRESCINDIBLE.

Lo mejor: real como la vida misma, el dibujo y el ritmo narrativo.

Lo peor: como dije anteriormente, si no conectas con el protagonista, se te harƔ insufrible la obra, sin embargo, dad mƔs cancha a la obra que el primer Ɣlbum.


Ficha TĆ©cnica


Autor: Manu Larcenet

GĆ©nero: Costumbrista


Editorial: Norma CĆ³mics.


Formato: 4 Ɣlbumes, 56 pƔginas el primero y 64 los siguientes, en color


Precio: 14-16 € en EspaƱa


Otros: EdiciĆ³n integral, 264 pĆ”ginas 24,95 €