Mencionar los nombres de Bud Spencer y Terence Hill es decir humor clĆ”sico. Y del bueno. Y golpes, a los maleantes, a los que se aprovechan, a la mafia (donde la amistad por papeles en pelĆ­culas anteriores entre varios integrantes, hizo que muchos actores del elenco secundario se repitiera en varias entregas) a los que ostentan el poder pero lo aprovechan para el mal.  Hablar de sus aventuras es tener la posibilidad de reĆ­rnos con la rudeza del "Gordo"... (no, no se necesita mucho para saber que nos referimos al gran Bud) y la simpatĆ­a de Terence.


En casi todas sus pelĆ­culas, el tĆ³pico es juntarlos para, mediante primeros malentendidos (generalmente a Spencer no le agrada la apariencia y la verborragia a Hill) tener la excusa perfecta para unir fuerzas, la fĆ­sica del primero y la inteligencia y agilidad de su compaƱero.
Como es habitual, son excelentes en su terreno:
Ambos golpean bien, son fuertes, directos...y dan siempre en el blanco.

Spencer, campeĆ³n mundial en nataciĆ³n, ya era buscado para estar en la pantalla grande, aunque no deseaba estar tan expuesto en cĆ”mara siempre corriĆ³ el rumor que inicialmente pidiĆ³ una gran cifra monetaria para poder "escaparse" de sus primer film, la sorpresa fue que accedieron a sus deseos y que luego se quitĆ³ varios prejuicios en el mundo de la actuaciĆ³n, aprendiendo a moverse en el set y tomando el gusto con las cĆ”maras.


Inicialmente sus proezas no estaban enfocadas al lado cĆ³mico, de hecho los western caĆ­an en la figura de Hill como hĆ©roe vengador, pero la vez que se ideĆ³ que podĆ­an rendir bien como duo, se acabĆ³ la veta "seria"...nacĆ­a una dupla que con mĆ”s de quince tĆ­tulos se convertirĆ­an en suceso primero en Italia y EspaƱa, luego en el mundo.

Con "Tu perdonas...yo no" (1967) daba el director Giuseppe Colizzi su primera entrega de la "TrilogĆ­a de Cat Stevens y Hutch Bessy", el humor se asomaba pero predomina las pistolas, las botas y los hombres que disparan por atrĆ”s, sĆ³lo tres aƱos despuĆ©s Sergio Corbucci conduce "Le llamaban Trinidad", donde Hill es el aludido del tĆ­tulo.

La gestualidad y el enorme carisma puesto por los protagonistas dejaban una cinta fresca, donde el par de ladrones ademĆ”s de ser unos bestias con la comida y el entorno, tenĆ­an buen corazĆ³n y ayudaban a una colectividad de Mormones a proteger sus terrenos...a puƱo limpio.

AquĆ­ Spencer posee las mismas agilidades con las armas que su hermano, aunque su idioma preferido es la que serĆ” su impronta en los aƱos venideros: el golpe a lo bofetĆ³n, o el martilo, que consiste en cerrar su puƱo y caer sobre la cabeza de su oponente. Las armas de cualquier Ć­ndole eran para mostrar, en contadas ocasiones se usaban porque se perdĆ­an o no tenĆ­an balas, era la hora preferida... 

 

Siendo sinceros, la trama no es la maravilla, sĆ³lo un pretexto para que trompadas y patadas asomen en cada esquina...y sin embargo funcionĆ³, y de quĆ© manera. Con el argumento de salvar a religiosas, huĆ©rfanos, poblaciĆ³n oprimida o chicas en problemas, se rodaron mĆ”s de 12 pelĆ­culas con las mismas caracterĆ­sticas donde Terence es el galĆ”n y usa todo el ingenio para los trucos y su nĆ©mesis grande, que prefiere poner lo fĆ­sico y acabar todo para gozar del dinero, que como toda comedia terminarĆ” en las manos de los necesitados del momento. 

AcĆ” viene lo mejor: los secundarios, que siempre eran los portadores del terror, malvivientes emulando a la mafia, maleantes o sicarios que eran un espectĆ”culo: una parodia donde querĆ­an ganar por cantidad, con lo cual el par protagĆ³nico tenĆ­a para cada uno digamos...entre 12 a 15 rivales.

Los golpes eran ridĆ­culos y por supuesto, terminaban en el piso. Lo que recuerdo ahora es que muchos repetĆ­an el papel, eran las "bolsas de arena" con distinta vestimenta en cada film. Con "Y si no, nos enfadamos" se disputan un minibĆ³lido rojo en una carrera empatada, la soluciĆ³n se darĆ” en una contienda de comida donde (cuando no) los malos de turno destrozan el establecimiento, y de yapa el automĆ³vil. Visitando a un gĆ”nster (con la pinta de un Padrino y todo) le dan un ultimĆ”tum: auto nuevo...o se enfadarĆ”n.

Luego seguirĆ­a "Dos super-policias", la desocupaciĆ³n es algo que a los personajes del duo no les gusta mucho,el hambre estĆ” haciendo estragos y ¿quĆ© mejor que robar un minisuper? La odisea termina cuando por error se confunden y entran a la oficina de reclutamiento de policias....ahora el Orden tiene a dos nuevos compaƱeros contra el crimen, que desean ser despedidos y harĆ”n lo posible para volver a su antigua rutina. En el camino, una banda de malhechores hace de las suyas y con sus mĆ©todos tendrĆ”n que arreglar todos los problemas que se vienen...

Termino con "Dos puƱos contra RĆ­o", donde nuestro "grandote" es un saxofonista y el "enano" un acrĆ³bata y todo lo que sea de riesgo. Una profesiĆ³n que le vendrĆ” de perillas, ya que ambos son increĆ­blemente parecidos a dos primos multimillonarios (que son interpretados por ellos mismos) pero realmente muy cobardes. Por un millĆ³n para cada uno tienen que suplantarlos ya que los aristocrĆ”ticos estĆ”n en la mira de unos secuestradores del bajo mundo. Ahora con vestimenta de categorĆ­a y con todo lo que el dinero puede costear pero siguiendo con sus modales bruscos, sus negocios y aficiones dan un giro mientras intentan desenmascarar a los enemigos de la alta sociedad.

Cuando estĆ”n los cuatro a la vez se ven las diferencias de educaciĆ³n, aunque todos aprenden de sus "iguales".De las mĆ”s divertidas de esta pareja de comediantes.

Hay muchas otras que no menciono (aunque no descarto su anĆ”lisis alguna vez) pero en igual medida son parecidas, para pasar el rato y olvidarse del mundo.  Mientras Spencer siguiĆ³ con la veta cĆ³mica y se caracterizaba por ser detective, aunque a su manera, Hill fue mĆ”s versĆ”til, ya viniendo con tĆ­tulos que fueron clĆ”sicos como "El gatopardo" o "CĆ”rtago en llamas", siguiĆ³ con "Marchar o morir", coprotagonizada junto a Gene Hackman, Catherine Deneuve y Max Von Sydow, sin dejar el humor en otras entregas.

Nos vemos en otro nĆŗmero