""Los Horrores de Horrorlandia, le dan la bienvenida a Horrorlandia", y debajo figuraba otro cartel "Prohibido pellizcar"..." Por un momento, me quedo pensativa y sonrío. ZombiD, recostado en mi regazo y chupando de la cachimba, me mira. 

-¿Por qué te paras? - suelta nubecillas de humo color violeta, que cambian lentamente al azul, más pálido cada vez, hasta que se desvanecen - Sigue leyendo. 

-Nah, estaba pensando... Ya es casi verano. Dentro de poco, cambiaremos de sección, empezará oficialmente la temporada de barbacoas nocturnas, nuestros amigos empezarán a irse de vacaciones... Esta misma novela es veraniega, prácticamente toda la serie Pesadillas es una lectura de verano, ¿no te parece? 

-¿A dónde quieres llegar? - ZombiD me pasa la cachimba. 

-A decir verdad, Un día en Horrorlandia*, habla de un parque temático. Y me ha recordado a otro. Pensaba hablar de él en verano, pero creo que estando tan cerca del mismo, y sabiendo que el 10 de Junio estrenarán la nueva entrega... bien podemos hablar de él. Hoy, en Cine que ya tendrías que haber visto: Parque Jurásico. 



Todos sabemos (por que hemos visto la serie "Érase una vez la vida") que la sangre contiene nuestro ADN, es decir la carga genética propia de todo individuo y que define nuestra estatura, peso, color de ojos... Muy bien. Punto dos: todos sabemos que los mosquitos chupan sangre. Perfecto. Hace muchos, muchos, muchos, muchos, pero que muuuuuuuuuuuchos años, cuando los dinosaurios dominaban la tierra, ya existían también estos molestos insectos y los grandes saurios no tenían Afterbite ni ningún repelente contra ellos, de modo que no les quedaba otra que aguantar sus picaduras en resignado silencio. Ahora, alguno de estos mosquitos, al igual que otros muchos insectos, quedaron atrapados en ámbar, que es una resina vegetal que al solidificarse produce vistosos cristales y hoy se considera semipreciosa. Muy bien, hasta ahí todo claro, ¿verdad? Pues, ¿qué pasaría, si alguien cogiera a uno de esos mosquitos atiborrados de sangre de dinosaurio, le extrajese la sangre, tomase el ADN y reprodujese al dinosaurio? De esta premisa, parten tanto la novela, como la película Jurassic Park, Parque Jurásico en la lengua de Cervantes.

John Hammond (Richard Attenborough) es el gerente de la prestigiosa compañía InGen, que lleva a cabo el proyecto, y está emocionado con la idea de estudiar a los saurios titánicos no a través de sus fósiles como se ha hecho hasta ahora, sino a través de ellos mismos como criaturas vivas, y ha construído una especie de reserva natural donde estos enormes animales pueden vivir en un estado de casi libertad. Y digo casi, porque los animales son todos hembras para impedir la libre reproducción, y precisan de una sustancia, la lisina, que no producen sus cuerpos, sino que les es administrada en la comida, de modo que si alguno escapara, al verse privado de la citada sustancia, en cuestión de horas caería en coma y moriría. 

Al citado parque son invitados Jack Horner (Sam Neill... pudo haber sido Kurt Russel y hasta
Harrison Ford) y Ellie Sattler (Laura Dern), en calidad de especialistas paleontólogos. Y como el sr. Hammond tiene fe absoluta en sus instalaciones, también sus nietecitos están invitados. Y sí, quizá el parque sea seguro... pero la gente, no lo es tanto. Uno de sus empleados, que considera que su sueldo debería ser mucho mayor, decide robar embriones de dinosaurio para venderlos a la competencia, y para hacerlo, debe desconectar los sistemas de seguridad. Ello, unido a un ciclón que se desata sobre la isla, hace que los dinosaurios queden libres para moverse por toda la isla y no sólo por las zonas fijadas para ellos, que el terrible T-Rex se vaya a hacer de las suyas, y que la  película se convierta en el delicioso subidón de adrenalina que nos encanta.

La novela, escrita por Michael Crichton, fue sacada al mercado en el año 1990, y cómo sería la cosa, que antes de sacarla al mercado lector dijo que no cedería los derechos cinematográficos por menos de millón y medio de dólares. Hay que decir de Crichton que no era precisamente un novato, ya había escrito antes otros best-sellers y hasta había dirigido películas, como Coma, en 1988; si pedía tan escandalosa cifra, es porque sabía de sobra que iba a cobrarla. Y la cobró; antes de que Spielberg le pusiera el fajo encima de la mesa, Richard Donner (el director de Superman) y Tim Burton se interesaron por llevar al cine la novela. Para el año 1993, Parque Jurásico llegaba a los cines. 

Como novela, siempre digo que los escritores norteamericanos escriben pensando en el espectador, y no en el lector. O al menos, no en una lectora como yo. La profundidad psicológica de los personajes es inexistente. La acción prima por encima de todo, y la justicia poética se aplica con un candor casi infantil, podéis estar seguros que si alguien hace algo malo, o es excesivamente orgulloso, recibirá su castigo. Ojo, no digo que sea mala como novela, porque no lo es.... pero sí es una novela en la que no puedes esperar que nadie te diga que se dedica a la paleontología porque es lo que soñó desde pequeñito, o que tuvo que pagarse la carrera fregando platos porque el taxi de su padre no daba para más, pero aún así conduce muy bien porque su padre le obligó a sacarse la cartilla del taxi de todos modos, con el bondadoso pensamiento de que siempre viene bien tenerla... NO. El personaje es paleontólogo porque necesitamos a uno, y listos. Lo que cuenta, es un montón de dinosaurios pegando mordiscos a todo lo que se mueve, no que un personaje sea único por ser quien es. Cualquier otro paleontólogo nos hubiera servido.

Como película, está perfecta, porque el guión se mueve en el medio al que siempre ha pertenecido: el cinematográfico. La cinta tiene el sello Spielberg de la fantasía, los efectos especiales y el asombro. El propio director admite que estaba pendiente de esta obra y que siempre ha sido un fanático de estos animales, "Creo que la primera palabra que dije, fue "Triceratops"", dijo en cierta ocasión. Se trata de una cinta que nos mantiene con la boca abierta y el corazón en ella (ponéos una mano delante, no se vaya a vivir su vida) prácticamente desde el minuto uno. Pasamos de la maravilla de ver a dinosaurios hervíboros (pacíficos, no más agresivos que un cordero), al terror de escapar de dinosaurios carnívoros. De repente, el hombre deja de ser la especie dominante y nuestro antropocentrismo recibe un bofetón: las criaturas que hemos creado, nos convierten en su presa. 

En lo que a crítica se refiere, Parque Jurásico recibió tres Oscar en el apartado técnico, y aunque en
un principio las críticas fueron muy positivas, apenas la película desató la "dinomanía", las críticas empezaron a hacerse menos favorables (ya sabéis: cuando algo se pone excesivamente de moda, cargar contra ello nos hace parecer más cultos, oighs, esto es demasiado mainstream...). Es cierto que la película tiene fallos, muchos, eso nadie lo discute. Pero la labor de Parque Jurásico, no era la de plantarnos teatro clásico ni largos monólogos shakespearianos, sino la de entretenernos y hacernos pasar miedo o nerviosismo. Y eso, lo cumple con creces. En España, se desató toda una mercadotecnia PLASTA y que explotó hasta la saciedad la idea de la película. Los cereales regalaban dinosaurios de plástico, al igual que los bollos industriales, los chicles, los refrescos... camisetas, juguetes, videojuegos (se hizo muy famoso el videojuego de recreativas Parque Jurásico, que jugabas dentro de un cochecito similar a los de la peli y tenías que matar dinosaurios con escopeta mientras el coche se movía. Había colas que se salían del Golden Park, no pocas parejas aprovechaban el habitáculo oscuro para otros menesteres que nada tenían que ver con el juego -aunque sí tenían mucho de lúdico- , los salones recreativos tenían dos y tres máquinas para satisfacer la demanda y juegos de otros tipos como flippers o arcades, o el celebrado Dino Crisis hicieron su agosto gracias a Spielberg) , y hasta cómics salieron al amparo de la película. Las cadenas televisivas repusieron series de dibujos como Dinosaucers o Denver el último dinosaurio, y cada vez que había un día festivo, las películas de En busca del Valle Encantado (recordadme que os hable de ella en verano) eran las favoritas de la parrilla televisiva. Y el propio Spielberg hizo una dinoexploitation propia con la serie televisiva Dinosaurios, en la que una familia de dinosaurios humanizados vivían situaciones propias de Los Simpson. En una palabra: que acabamos todos con un empacho mayúsculo de dinosaurios, que a algún padre le decías "dinosaurio", y pegaba un salto de diez metros gritando "¡UAAAAAAGH!".

Parque Jurásico nos manda el mensaje de que la Ciencia debe ser controlada, y que el caos puede hacerse con todo lo que vemos. Es una expresión de la Ley de Murphy llevada a su más violenta manifestación; aquí no es "si algo puede salir mal, saldrá mal", sino más bien "todo lo que pueda salir mal, saldrá mal". Se ha convertido en un clásico del cine y sus secuencias y frases míticas forman ya parte de la cultura popular... por un ejemplo, si habéis visto Toy Story 2, la parte de la juguetería en la que toman un cochecito de juguete para desplazarse y el dinosaurio les sigue diciendo que le dejan atrás, no es en absoluto una casualidad. Se trata de una cinta muy entretenida, ideal para ver en familia o con amigos, como suponemos que será la nueva entrega que saldrá a cines del próximo 10 de Junio y que servidora, admitámoslo, está rabiando por ver. Cinefiliabilidad 3, lo que significa que puede dar miedo a algunos niños, pero es facilísima de ver. Y esto, es Yankovic, y no puedo dejar de ponerlo:




"Teniente... ojalá fuera usted chef"  Si no coges esta frase, tienes que ver más cine.


*Un día en Horrorlandia, de R. L. Stine, de la serie Pesadillas.