La fuerza del samurai, la pasión del flamenco


Samurai Flamenco es la respuesta romántica y absurda a todos los que en algún momento han creído en poder hacer la diferencia sin haber nacido con superpoderes. ¿En qué momento de nuestra vida decidimos desechar nuestros sueños de infancia para llevar una vida normal como todos? Al mismo tiempo la serie es un homenaje/parodia a todos los clichés del género tokusatsu y en especial a los interminables Super Sentai, esa adorable infamia que invadió la televisión nipona desde los años 60 y que se popularizó de forma definitiva en Occidente de la mano de los Power Rangers. Villanos tragicómicos de dudoso gusto y héroes de verborrea incansable incluídos.


Un héroe nunca se rendirá, nunca se esconderá, nunca será derrotado. Nunca aceptará el mal.




Nuestro protagonista es Masayoshi Hazama, un joven idealista que lucha por ser un ciudadano modelo. Es inocente, terco e intachable. También se muestra indignado por la indolencia de una sociedad cada vez más decadente. Fuertemente influenciado por las historias de super héroes que le contaba su abuelo y sus ídolos televisivos, Hazama se lanza a la aventura de emular a sus héroes de juventud. No tiene más armas que su cabezonería y sus buenas intenciones, lo que en un principio le trae más problemas que otra cosa. Las comparaciones con Kick-Ass son inevitables llegados este punto. Sin embargo, sería un error limitarse a creer que Samurai Flamenco no es más que la respuesta del anime a la descarnada y sarcástica creación de Millar y Romita Jr. Todo lo que hay de humor negro en Kick-Ass, es casi naïf en Samurai Flamenco.

La pista del nombre es revelada a mediados de temporada. Descubrimos que el personaje se inspira en un invento del abuelo del protagonista, en un intento de crear un modelo de virtud a seguir para su nieto. Es el tipo de hombre al que el pequeño Masayoshi debe aspirar. Debe combinar en sí mismo la fuerza del samurai con la pasión del flamenco (un guiño a la inmensa popularidad de la que goza el Flamenco en el país del sol naciente). Y es que, su gran pasión es la que en última instancia, le llevará a sobreponerse a todas las dificultades que encontrará en su camino. Que no son pocas.

Fracasar hasta lograrlo



La serie sigue la pauta clásica del desarrollo de un héroe. Sus primeros adversarios son delincuentes de poca monta, gente que fuma en la calle (en Japón está estrictamente prohibido fumar en la calle, sólo en espacios especialmente designados para ellos), señoras mayores que no sacan la basura cuando toca y ladrones de paraguas. Nuestro héroe nace como un celoso guardián del civismo que la mayoría de las veces, no hace más que quedar como un friki con disfraz y meter en apuros a un policía del que pronto se hace amigo y que durante su primera etapa, actuará como la voz de la razón ante el descabellado idealismo heroico del chaval. No tardarán en surgir variopintos aliados, desde una letal sidekick escondida tras la fachada de una dulce cantante de pop hasta un inventor capaz de convertir grapadoras y cintas adhesivas en eficaces armas en la lucha contra el mal. Llegados este punto, no hemos hecho más que empezar. Cuando Samurai Flamenco ya es un héroe establecido, el argumento nos tira a la cara un giro copernicano que nos dejará despistados por un par de episodios. Ya teníamos claro que nuestro héroe era un Ultraman de corte más bien pedestre y de la nada, empiezan a surgir monstruos reales, seguidos por la revelación de una organización secreta que finalmente llamará a las armas a su propio equipo Super Sentai (con ensamblaje de robots y todo), liderados naturalmente por nuestro protagonista. A partir de aquí seremos testigos de un auténtico sinsentido digno de los mejores (y peores) momentos de Gatchaman, Bioman o Godzilla. O todos juntos. Para el momento de escribir estas líneas, servidora sigue esperando a que Fuji TV emita los últimos tres episodios a ver cómo termina este descacharrante desaguisado.

Dicho lo cual, uno de los aspectos donde genuinamente brilla Samurai Flamenco es en la forma en que se burla de la sociedad de masas japonesa. Su voluntarioso protagonista debe compatibilizar su gesta heroica con su rutina como actor, modelo y participante de programas de telebasura. Su status de celebridad internetera le trae múltiples quebraderos de cabeza y no falta aquel segmento en que los guionistas deciden golpear con fuerza (pero sin llegar a romperla) la cuarta pared y mostrar al espectador un documental en formato tele-realidad sobre los entretelones del recién formado equipo de súper héroes. En definitiva, una comedia imprescindible de la temporada de otoño 2013 para todos aquellos con ganas de reírse.

Ficha Técnica


Nombre Original: サムライフラメンコSamurai Furamenko

Director: Takahiro Omori

Estudio: Manglobe

Año: 2013

Género: Super héroes, comedia dramática

Categoría: seinen