Todos los hemos visto en cientos de mangas y animes, desde El viaje de Chihiro a Love Hina; son tan representativos de la cultura nipona como el matcha o el ramen. Hablo de los baños termales japoneses, u onsen. Esas bañeras artificiales o excavadas en la roca viva donde el agua está tan caliente que suelta nubes de vapor y donde todo el mundo va a relajarse, que son tan chulas en los animes y con frecuencia nos despiertan tanta curiosidad a los extranjeros. ¿Qué son exactamente? ¿Cómo debemos comportarnos en ellas? ¿Es verdad que hay que ir en pelota picada? ¿Son los agujeros negros portales dimensionales? Bueno, eso ya no os lo puedo resolver yo, pero el resto de preguntas, sí. Y vamos a ello. 

     ¿Qué es un onsen? 

     Un onsen es un baño termal, con aguas minerales y generalmente de origen volcánico a temperaturas muy elevadas (cerca de cuarenta grados), que en Japón usan no sólo para lavarse, sino para relajarse y sentirse bien. En Japón cuentan con una cultura de la higiene y el aseo muy estricta, y para ellos el baño no es sólo la duchita de cuatro minutos antes de salir corriendo que perdemos el bus, sino también un proceso delicado y que sigue un estricto orden que debemos conocer y respetar. 

     Los onsen son tan populares en Japón que no sólo se encuentran en paradisíacos enclaves naturales, sino que muchos hoteles de categoría mediana cuentan con uno para sus clientes. Y sí, de acuerdo que no es lo mismo bañarse mirando un precioso bosque que las luces de los edificios, pero puedo aseguraros que la experiencia siempre merecerá la pena. 

     ¿Cómo es un onsen? 

     Un onsen cuenta con dos zonas muy bien diferenciadas. Primero está la "zona de desvestirse" (que también usaremos para secarnos y peinarnos una vez terminado nuestro baño), y la zona de baño propiamente dicho  Y digo "zona de desvestirse" porque sí, queridos lectores todos y pobre del que no lo sea, al onsen se va con un kimono-albornoz, pero allí vas a estar como tu madre te trajo al mundo. Quizá con más pelo, pero ya sabéis a qué me refiero. ¿Significa eso que vas a verle el mandado a un montón de japoneses, y ellos van a ver tus turgentes y rosados pechos occidentales? NO. Los onsen, por norma general, no son mixtos, y hay una zona de mujeres y otra de hombres. La de mujeres está marcada con un kanji color rojo, y la de hombres, con uno azul, así que no hay manera de confundirlas (salvo que seáis YO. No preguntéis). 

     En la zona de desvestirse hay estanterías con muchos cestillos de mimbre, que sirven para colocar nuestras ropas y efectos personales. Aunque os aconsejo que llevéis la menor cantidad de cosas posibles, no tengáis miedo de dejar allí el anillo o el reloj; nadie meterá mano en vuestro cestito. En esa zona veremos también tocadores con asientos, espejos y secadores de mano. También están bien surtidas de cremas hidratantes, peines y otros artículos de higiene que podremos usar y desechar en las papeleras que también tienen allí. 

     ¿Cómo debo bañarme en un onsen?

 
   Bien, llegamos al nudo del asunto. Lo primero de todo, debes dejar la vergüenza en la habitación. Lo que sí debes llevarte es la toalla grande que te dan en el hotel y una toalla pequeña que servirá para dos cosas: como esponja de mano para lavarte y, en casos de timidez extrema, para taparte las regiones australes de tu anatomía. Debes llevar el albornoz y las zapatillas (puestas), pero no es necesario que lleves ninguna ropa interior. No te preocupes: los albornoces o kimonos que tienes en los hoteles son grandes y cierran muy bien; no se te verá nada. 

    Una vez allí, debes dejar tu ropa, la toalla grande y los efectos personales que lleves (gafas, el reloj...) en el cestito de mimbre que os decía antes. Una vez despojados de las envolturas materiales de este perro mundo, pasamos a la zona del baño. Si en la parte anterior ya hemos visto a alguien desnudo, aquí todo el mundo lo está. Y te darás cuenta de que tu cuerpo les da exactamente igual, nadie se va a reír. De hecho, nadie te va a mirar. Japón es un país muy turístico, son conscientes de la cantidad de visitantes que reciben de todas partes del mundo; para ellos ya no es raro ver a occidentales y, sin duda también por ello están acostumbrados a ofrecer su ayuda a quienes ven desorientados. En suma: que líbrate de los prejuicios, que ahí todo el mundo está tan desnudo como tú. 

    El baño japonés consiste primero en lavarse, y después meterse en la bañera ya limpio. En el baño veremos una zona muy bien diferenciada, con asientos junto a mangueras de ducha, botellas de champú y jabón, y cubetas de madera. Debemos elegir un asiento, enjabonarnos a conciencia el cabello y el cuerpo, y después enjuagarnos con el agua de la cubeta. Aquí he de hacer un inciso: ojo con las cubetas, no vayas a lo loco, procura no mojar a nadie. Una vez limpitos y relucientes, pasamos a la bañera. 

    Las bañeras suelen estar en una zona situada al aire libre o en el exterior. Por qué. Porque está caliente como una caldera del maldito infierno. En Agosto. En Murcia. La temperatura de un onsen suele rondar muy alegremente los cuarenta grados, y yo pensaba que, vistiendo siempre de negro y pasando los veranos en Madrid, estaba más que acostumbrada al calorcillo, pero podéis creerme que la primera vez, quema, y mucho. Así que no intentéis haceros los héroes y meteos poquito a poco. Aunque os pueda parecer que os vais a escaldar y van a serviros en la cena como "Sopa Dita", os garantizo que vuestro cuerpo lo aguanta. Y en cuanto os acostumbréis, que será en poquito, no querréis salir. 

     El abrazo del agua tan caliente es relajante, agradable, dulce y una de las sensaciones más
deliciosas que se pueden experimentar, lo que no es poco decir teniendo en cuenta otras cosas que pueden hacerse sin llevar ropa. Podéis notar cómo el calor del agua se lleva todas las tensiones musculares y aún las psíquicas, y deja sólo tranquilidad y serenidad. No obstante, por más adictiva que sea, no debemos permanecer en la bañera horas y horas; es bueno sentarse en el bordillo para refrescarnos (de ahí que las bañeras estén en el exterior) y prevenir que nos dé una bajada de tensión. Si notáis que vuestro corazón empieza a desbocarse, salid un rato o directamente abandonad la bañera. 

    Después de la bañera, volveremos a la zona de vestuarios para secarnos, cepillarnos el pelo, aplicarnos crema, etc. Esta parte reconozco que apenas la recuerdo, porque estaba aún medio en trance y con sonrisa de drogada por el baño anterior. Notaréis que vuestra piel está más suave, que respiráis mejor, y esa noche dormiréis como ladrillos. 


¿Qué NO debo hacer en un onsen?

     Como en todo, hay que respetar ciertas reglas de educación y etiqueta que, si lo pensáis, son bastante lógicas. No obstante, siempre que visitéis un hotel con onsen, en la habitación habrá un papel que os recordará las normas, pero aquí están:

   
-Respeta la intimidad y el espacio de los demás. Ve a tu rollo, no te quedes mirando a nadie. Cuando te laves, gasta una cantidad razonable de jabón; porque esté incluido en la habitación no significa que tengas que gastar medio bote. Y cuando te enjuagues con la cubeta, primero mira a tu alrededor para asegurarte de que no vas a salpicar a nadie. 

    -Nunca lleves el móvil al onsen ni hagas fotos en él. No se trata de que el móvil se moje, es que no debes sacar fotos en un lugar público donde todo el mundo está desnudo. Y además... ¡es un sitio para relajarse y olvidarse del mundanal ruido! Cualquier cosa que os llegue al móvil, puede esperar. 

   -Nunca uses el onsen si estás bebido. El agua caliente es muy relajante; si estando sereno ya te deja medio k.o., estando bebido puede hacer que pierdas el conocimiento y te ahogues en la bañera. Lo que sería una gran molestia para el resto de personas que quieran usarla, vete a palmarla a otra parte, por favor. 

   -No uses el onsen si estás tatuado. ...En realidad esta es más una petición que una prohibición de temperamento. En Japón, no todo el mundo que lleva tatuajes es un yakuza, pero todos los yakuza llevan tatuajes. La mejor forma de impedir el paso a un mafioso, es impedir el paso a todo el que lleve tatuajes, pero generalmente, si eres occidental, suelen hacer la vista gorda.

    -No laves tu ropa en el onsen. En serio, me gustaría saber la historia que motivó tan obvia prohibición. Seguro que es interesante. 

 Y hasta aquí, llegamos con los baños japoneses. Si visitáis Japón, es una experiencia IMPRESCINDIBLE que debéis disfrutar sí o sí. Ahora, luego no os extrañe si echáis a llorar de nostalgia cada vez que os metáis en la ducha.