Existe un antes y un despuĆ©s de Watchmen. La mastodĆ³ntica obra de Alan Moore y David Gibbons habĆa planteado preguntas nunca antes hechas; ¿QuiĆ©n vigila a los vigilantes? ¿Realmente, quiĆ©n son estos tipos? O ¿Es lĆcito que unos pocos sean los que deciden quiĆ©n es un hĆ©roe o un villano? La dualidad de estos argumentos, el tratamiento que Moore le confiriĆ³ al cĆ³mic, mĆ”s cercano al gĆ©nero negro y al de adultos hizo que en cuestiĆ³n de pocos meses DC CĆ³mics se convirtiera en la primera editorial del noveno arte a nivel, cotas que no se alcanzaban desde la edad de oro ,allĆ” por los aƱos 40 y 50, y de paso consagrĆ³ a Alan Moore como el escritor mĆ”s importante del panorama comiquero . Ćste ya habĆa deslumbrado a la crĆtica en Europa con V for Vendetta, una fĆ”bula de claro corte anarquista donde un extraƱo justiciero ataviado con disfraz de Guy Fox se enfrentaba a los poderes fĆ”cticos del estado.
20 AĆOS NO SON NADA…
AsĆ
han transcurrido mƔs de dos dƩcadas de todo esto cuando DC decide
desempolvar un viejo proyecto, que por diversas razones, en donde quizƔs
la definitiva haya sido la pĆ©sima relaciĆ³n entre DC y Moore, que
llevaban mucho tiempo acariciando: Una pre-cuela de Watchmen. El momento
por fin es el acertado, se ha estrenado un film que vuelve a conectar
al pĆŗblico con la obra. Muchos dirĆ”n lo de siempre, que no es igual de
rica o compleja que el cĆ³mic, o que simplemente no les gusta, pero este
un debate tan viejo como el propio cine, y aquĆ no entraremos en ello.
Lo que sĆ es completamente cierto es que el interĆ©s que suscita
cualquier trabajo de Alan Moore es tremendo.
En la editorial lo
tenĆan claro: QuerĆan que el argumento de las diferentes colecciones que
engloban Before Watchmen tuviera un carƔcter lo mas coral posible, sin
fisuras. No se trataba de que cada uno hiciera la guerra por su cuenta.
Se
reuniĆ³ a un grupo de los mĆ”s talentosos artistas que habĆa en nĆ³mina y
se pusieron manos a la obra. Los personajes conformaban en mayor o menor
medida la plana mayor de la serie original, a excepciĆ³n del Doctor
Manhattan del que ya poco quedaba por descubrir algo.
Cuando se
emprende un proyecto como este las preguntas son muchas, y no porque se
quieran sacar de la manga sino porque ya estaban en Watchmen; ¿Por quĆ©
los personajes actuaban como lo hacĆan?
En cierto modo esto ya estaba
explicado a modo de flashbacks, en los que veĆamos por ejemplo porque
El Comediante era tan mezquino como parecĆa o porque OzzymandĆas actuaba
como un depotista salvador de la humanidad, pero… ¡quedaban muchos
cabos sueltos!, y eso es precisamente lo que trata de desvelar Before.
AQUELLOS MARAVILLOSOS AĆOS
Uno
de los proyectos de los que menos se sabĆa, y porque no decirlo que mas
dudas despertaba era en el que trabajaban la dibujante Amanda Conner y
el tambiƩn pincel y guionista Darwyn Cooke, ambos con contrastadas
carreras pero que nunca habĆan tenido entre manos un proyecto de esta
envergadura.
Para arrancar con Minutemen se tomĆ³ como punto de
partida el libro de memorias que Hollis Mason, el BĆŗho Nocturno
original, estaba escribiendo, donde desentraƱaba las luces y las sombras
del grupo original. Desde su retiro como propietario de un taller de
restauraciĆ³n de vehĆculos clĆ”sicos, Hollis relataba como fue la primera
misiĆ³n de Los Minutemen, un equipo de justicieros conformado por
personalidades de lo mas dispares, desde el pƩtreo Justicia, con su
capucha y su soga al cuello, con unas claras reminiscencias al rollo
sado-maso, pasando por una chica pin-up como Sally Jupiter hasta llegar a
la figura clave de toda la historia, el siempre diletante Edward Blake,
El Comediante.
Precisamente un episodio que tenĆa lugar en las
pƔginas de Watchmen, el encontronazo sexual entre Sally y El Comediante
iba a destapar la lata de gusanos que eran Los Minutemen. Por un lado
las motivaciones que movĆan a estos hĆ©roes , en algunos casos
obsesionados por la fama, en otros movidos por nobles objetivos pero con
terribles secretos que les impedĆan seguir adelante.
Uno de los
personajes que suponen una autĆ©ntica revelaciĆ³n es de Silueta, la
heroĆna enfundada en un traje lĆ”tex negro de la que ya sabĆamos su
trĆ”gico final en brazos de su amante lesbiana, pero poco mĆ”s. AquĆ
Darwyn Cooke nos la presenta junto a Hollis Mason y Mothman como los
Ćŗnicos personajes que de verdad se implican en combatir la injusticia.
El
estilo de vida de Silueta, muy alejado de los cƔnones de la Ʃpoca , y
en ocasiones su exhibicionismo terminarƔn por ser fatales para ella.
La
muerte de Silueta servirĆ” como detonante para el final de la primera
formaciĆ³n de vigilantes enmascarados. Sally Jupiter abandonarĆ” su pose
de niƱa mona para mancharse las manos de sangre, Mothman se verƔ
arrastrado a una espiral de drogas y alcohol que terminarĆ” con sus
huesos en un manicomio, y de remate, la verdad sobre el misterioso
Justicia Encapuchada verĆ” la luz al fin.
El Comediante es el
personaje clave de toda la obra Watchmen, del antes, del despuƩs y el
durante. Cooke nos traslada a un momento de su pasado, durante el
conflicto de Guadalcanal, en el que un ingenuo Edward Blake tiene que
ver como un megalĆ³mano capitĆ”n del ejĆ©rcito norteamericano lleva a cabo
una matanza como parte de servir a un fin mayor. Este hecho calarĆ” muy
hondo en su mente, le harĆ” darse cuenta de lo que realmente es: un peĆ³n
en manos de otros mƔs poderosos.
EL FIN DE LA INOCENCIA
Con
el final de la dƩcada de los cincuenta Los Minutemen estƔn obsoletos,
las retiradas de BĆŗho Nocturno, Sally Jupiter y las muertes de los demĆ”s
miembros del grupo dejan al Comediante como Ćŗnico valuarte de la
formaciĆ³n original, y no es mucho consuelo, ¿verdad?
Esto conecta
directamente con la miniserie dedicada a Espectro de Seda ,la hija de
Sally. La acciĆ³n nos traslada a unos 15 aƱos mĆ”s tarde, estamos a
mediados de los 60, un tiempo bien distinto.
Laurel vive con su
madre en California, sometida a un rƩgimen de carƔcter espartano, en el
que prƔcticamente no puede mover un dedo sin que Sally lo supervise
todo, el drama generacional estĆ” servido…
El miedo de la veterana
heroĆna a que su hija tome el mal camino, y sobretodo a que algĆŗn
hombre le arruine la vida atenaza la relaciĆ³n con la joven Laurel, que
harta de todo decide marcharse de casa para encontrar su propio camino.
IF YOU GOING TO SAN FRANCISCO
California
se convirtiĆ³ , en la dĆ©cada de los 60, en la meca del movimiento Hippy,
una forma de entender la vida que predicaba el amor libre y el
conocimiento del mundo a travƩs de los sentidos. Cuando Laurel y su
novio se trasladan a San Francisco lo hacen con un grupo de jĆ³venes que
ya estĆ”n plenamente impregnados del espĆritu de aquellos aƱos, rodando
en una furgoneta pintada con colores psicodƩlicos, fumando marihuana, y
divagando al ritmo de The Grateful Dead
Precisamente es un viaje
iniciƔtico en todos los sentidos lo que Laurel va a experimentar en la
ciudad de la bahĆa. AllĆ descubrirĆ” lo que es sentirse plenamente
feliz, una vida con la siempre habĆa soƱado. Pero tambiĆ©n lo que
implica, responsabilidad, porque estarĆ” sola frente a todo, lejos queda
el ala protectora de su madre, que desde su casa a las afueras de Los
Angeles intenta localizar a Laurel desesperadamente, tarea que encarga a
su buen amigo Hollis Mason.
El sueƱo en el que vive la joven
Espectro de Seda se empieza a resquebrajar cuando tiene que hacer frente
a su primera amenaza real, un mafioso de la industria discogrƔfica que
pretende colmar el mercado con una droga que manipule las mentes de los
jĆ³venes, una sustancia que puede tener funestas consecuencias como
Laurel descubrirĆ” pronto…
No destripo nada si digo que tanto el
enfrentamiento con este villano, como la reapariciĆ³n de El Comediante en
un momento clave de la historia harƔn que Laurel emprenda el camino de
vuelta a L.A , con su madre. La relaciĆ³n entre ambas seguirĆ” siendo
tirante pero habrĆ” dado un giro hacia un entendimiento que nunca serĆ”
del todo completo.
EL COLOR DE LAS COSAS
Una de las cosas
que le confieren un aire muy especial a estas dos mini- series es el
tratamiento grƔfico que les han dado la pareja creativa. Por un lado
tenemos a Darwyn Cooke, un dibujante que en sus inicios tuvo muy difĆcil
hacerse un hueco en la industria del cĆ³mic, principalmente debido a su
estilo Cartoon , que no estaba nada de moda a finales de los 80, pero
que aquĆ tan buenos resultados da. Los personajes de Minutemen tienen de
por si un aire muy irreal, con esos trajes tan chillones y horteras,
propios de los primeros hƩroes de DC, en el contexto de la Ʃpoca en que
se desarrolla la trama este aire” como de dibujos animados” resulta de
lo mas atractivo.
El caso de Amanda Conner estaba claro que era la
artista perfecta para este trabajo, su trazo alegre y desenfadado ayuda
mucho a que la historia discurra, incluso en sus etapas mas lĆŗgubres,
con mucho dinamismo. Los dos autores han usado ademƔs la famosa
“proporciĆ³n aurea” que elevarĆ” a la categorĆa de arte el legendario
Steve Ditko, 6 viƱetas por pƔgina. Si tomas referencias, hazlo de los
mejores.
Recomiendo mucho la lectura de estas dos series. Creo
que muchos lectores se van a llevar una grata sorpresa con ellas, es
bueno re- descubrir a estos personajes que hace ya 26 aƱos dieran sus
primeros pasos de la mano de Alan Moore y David Gibbons. Es fresca,
original y sobretodo ¡te lo pasas de coƱa leyĆ©ndolas!
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