Se que últimamente se suben muchas imágenes de artistas que se dedican al género yaoiesco (relación homosexual entre personas del sexo masculino) y vamos a desentrañar los misterios de esta categoría.
Este género nació para motivar al género femenino a leer manga (o ver anime) ya que estaban excluidas de las historias y podían disfrutar viendo las relaciones que fructificaban, sin implicarse; después vendría el shônen-ai (lo mismo, pero sin contenido sexual explícito y dedicada quizás más al público masculino).

Dejémonos de prolegómenos y vamos a lo que importa:

¿Qué hace tan atractivo un Yaoi?

Es innegable que el papel de la mujer ha evolucionado a través de los años y con él, las muestras de lo que realmente quieren ver o simplemente, reivindicar la igualdad con el género masculino, cuya fantasía más recurrente es la lucha de barro entre dos féminas (no todos, que los generalismos traen polémicas, pero sí una gran mayoría); como contrapunto, las chicas piden un papel destacado en las relaciones homosexuales.

Cualquier autora actual, haga el género que haga (nos referimos a las que dibujan estilo manga, conocido por estos lares como iberomanga), se ha encontrado en la petición de firmas de cualquier evento, un dibujo de tinte yaoiesco de sus personajes, principales o secundarios.

El shôjo está de capa caída como demuestran las ventas y las apuestas editoriales, sin embargo las galerías de los artistas muestran cada vez más contenido yaoi y las editoriales van a tener que apostar por este género en auge. Sin ir más lejos, un gran momento para la reedición de Saihoshi de Studio Kôsen (a cargo de EDT).
En las entrevistas que hemos hecho, un porcentaje muy alto, reconoció haberse iniciado en el mundillo comiquero con el yaoi (nos referimos a cuando se quieren dedicar profesionalmente, no como entretenimiento), ya sea en la famosa Yaoi Press o en la creciente Yaoi Revolution, lo que viene a indicar el interés que despiertan este tipo de dibujos/historias.
copyright de Arena/ Himitsu Studio
Tal vez se deba a la libertad de expresar una relación en la que uno de ellos tenga que ser sumiso (no siempre, pero en la mayoría de los casos), papel que desempeñaría la mujer (sig) y someterlo a todo tipo de fantasías sexuales, con las que, se reconozca o no, se sienten (nos sentimos) identificadas, pero debido a que la sociedad sigue dominada por el género masculino, parece que no sea tan evidente.

Habrá quien lo tache de pervertido (y no tiene por qué serlo), de degenerado (no siempre hay violaciones y demás vejaciones con las que se los relaciona), pero lo que es innegable es la belleza que destila un yaoi bien hecho.

A título personal, no es mi género favorito, de hecho, he empezado a leerlo no hace mucho precisamente porque me atrajo el dibujo y he descubierto cuán equivocada está la sociedad clasificándolo sin saber, hablando sin entender.

Además no vamos a negar una evidencia: en todo manga/anime siempre hay dos amigos muy amigos (o dos enemigos irreconciliables) que se sabe perfectamente que petarán las galerías con fanarts yaoiescos.