Asocial. Inepta. Virgen. Tomoko no es una adolescente modelo ni vive la mĆ”s plena de las vidas. Encerrada en la cĆ”rcel voluntaria de su habitaciĆ³n, esta Konata Izumi en esteroides pasa dĆ­a sĆ­ y dĆ­a tambiĆ©n frente al ordenador o la pantalla, visitando foros de internet o jugando a videojuegos que le permiten evadirse de su miserable vida.

Empezamos bien.

Watamote es un anime tan divertido como doloroso. Al igual que en Pagafantas, las desventuras de Tomoko en busca de la redenciĆ³n y la aceptaciĆ³n social son una retahĆ­la de despropĆ³sitos que acaban mal y nos recuerdan todos esos momentos en los que nosotros mismos hemos estado en esa situaciĆ³n. Hay veces en las que es fĆ”cil mirar a los ojos cansados de Tomoko, el cĆ³mo se lamenta de su situaciĆ³n sin que haga activamente nada para corregirla, y pensar que sĆ­, que somos asĆ­. La humanidad es imperfecta, y son las grietas de esta fabulosa protagonista las que la hacen tan fascinante y adorable. Los breves momentos en los que esta eterna perdedora ve algo de luz al final del tĆŗnel transmiten una alegrĆ­a singular, y hacen que esta comedia cobre fuerza para eregirse como parodia y retrato del hikikomori.


Porque sĆ­, esto es una comedia. Y una muy buena cuando quiere. Watamote es una serie episĆ³dica que se centra a cada nuevo capĆ­tulo en una pequeƱa parte de la vida de Tomoko, una fotografĆ­a de un momento en el que trata de corregirse sin que consiga nada porque, en el fondo, esta chica no sabe quĆ© hace que el corazĆ³n de las personas lata. QuizĆ” un dĆ­a decida ser impasible para atraer misterio, quizĆ” al siguiente busque un trabajo. Estas situaciones dan espacio para construir a un personaje que mezcla esa curiosa cualidad de ser al mismo tiempo adorable y repugnante. Al contrario que otros personajes, como Suzumiya Haruhi, que trazan una dicotomĆ­a entre lo que se supone que son y lo que vemos, Tomoko es lo que hay: apenas habla, tiene mala higiene, poco estilo y es una condenada pervertida. Siempre es un placer ver un personaje de esta categorĆ­a emerger, y momentos como el descubrimiento de que una amiga suya tiene novio y ha conseguido cruzar la barrera de aceptaciĆ³n social que ella todavĆ­a ansĆ­a alcanzar o un silencioso momento a solas en la ciudad reflexionando sobre por quĆ© nadie viene a ligar con ella son realmente entretenidos.

El estilo de dibujo se aprovecha del estilo puni plush de series como Lucky Star para hacer que los pesados ojos de Tomoko la hagan adorable y curiosamente expresiva. Su doblaje desganado y en ocasiones de voz raspada se suma a un estilo visual que tiƱe de gris a los personajes anĆ³nimos y en ocasiones recurre a experimentos como una pintura cubista para expresar lo desconectada que se siente Tomoko del mundo, y la intro, una pieza de j-rock que rinde un cierto tributo a Death Note, muestra que esta es una serie con mĆ”s matices y mĆ”s amor del que podrĆ­a parecer a primera vista. Los bichos raros, los frikis, pueden ser criaturas extraƱas de comprender, pero esto no los hace menos fascinantes y entraƱables. Watamote convierte el dĆ­a a dĆ­a de una hikikomori exacerbada en una historia sobre la bĆŗsqueda del amor que siempre acabarĆ” mal, el intento de entrar en un mundo al que no puede pertenecer, y con su buen humor y su estilo tan extraƱo como carismĆ”tico, consigue llevar a cabo su propĆ³sito.


Ficha TĆ©cnica:

AƱo: 2013

.Autor: Nico Tanigawa

.Estudio: Silver Link

.GĆ©nero: comedia

.Categorƭa: shƓnen

.Episodios: 12