-¡Espera, no pases aún la página!

-Perdón... pero date prisa, venga. - le digo a ZombiD. Pocos segundos después, asiente y paso la página. Estamos tirados sobre el piso, cerca de la chimenea, los dos leyendo el mismo cómic, "la edad dorada de Spiderman", un álbum que reúne las historietas de los setenta con guiones de Stan Lee; en esta en concreto, Kingpin ha hecho presos a Spidey y a Jameson, y pretende ahogarlos... - Pobre Jonah. - digo.

-¿"Pobre Jonah"? - se extraña mi novio.

-Claro que sí, mírale, el pobre está muy asustado, ¡él no se fía de Spiderman, está calado hasta los huesos y en compañía de alguien a quien él toma por un criminal; no sabe si realmente le va a ayudar! Qué miedo debe estar pasando el pobrecito... - ZombiD se me queda mirando con intensidad. Yo intento volver la cara, pero sé que me he puesto colorada y me he delatado como una quinceañera. 

-¡No me jorobes que te gusta Jonah...! Pero... ¡Pero si es un carroza, por favor, si es un enfadica, un gruñón, mandón, déspota, hipócrita, cínico y tacaño! 

-...Me hace reír. - casi me disculpo. Mi novio se ríe, y me aprieta contra él, frotando su nariz verdosa y podrida contra mi cara, y eso también me hace reír. Hay muchos maneras de ser superhéroe, y aunque héroes con Batman o Ironman nos enseñen que el mejor superpoder es estar forrado de pasta, nuestro protagonista de hoy nos demuestra que ser súper es más díficil, y también más fácil de lo que puede parecer. Hoy, en Cine que ya tendrías que haber visto: Kick Ass.




Ah, la adolescencia... tierno período de la vida en la que ésta parece dispuesta a que descubras tu identidad a base de bofetadas. Quienquiera que añore esta etapa, es porque ya hace tanto que la pasó, que se le ha olvidado. Nuestro protagonista, Dave, no puede olvidarla porque precisamente está atravesándola; es un adolescente completamente anodino y normal, cuya vida se limita a ser ignorado por el sexo opuesto, leer cómics, ir al instituto, charlar con sus amigos, leer cómics, masturbarse, y leer cómics. Y también filosofar un poco de vez en cuando, que nunca viene mal preguntarse cosas y discurrir, y en concreto, Dave se pregunta, ¿por qué no existen los superhéroes en la vida real? 

    Decidido pues a llenar ese vacío, Dave busca un traje por internet, y con su máscara verde y un par de bastones, se lanza a "desfacer entuertos", y al igual que el ingenioso hidalgo, él también descubre por la vía dura que en la vida real, los malvados no huyen despavoridos cuando alguien les planta cara, y al bueno de Dave, además de una soberana paliza, le meten un navajazo que casi lo deja listo de papeles en la primera media hora de proyección.

  Dave es, ante todo, un adolescente, y como tal, es un idealista, alguien que cree firmemente que lo
que se le ocurre a él, no lo ha intentado nadie antes y que él solito puede hacer un mundo mejor. Su pregunta de la inexistencia de superhéroes en este lado de la realidad hallará respuesta conforme avance la cinta, y es en realidad muy simple. A Dave no le cuesta nada arriesgar su vida ni ponerse en peligro, ni que le descubran, ni nada, porque sabe que está solo. Salvo su también gris padre, Dave no cuenta con ningún afecto serio ni nada que le ate, pero conforme la historia siga su curso, esa situación cambiará y empezará a darse cuenta de que ahora sí le importa morir o sufrir daños; de repente, el resto de la sociedad deja de ser importante, porque es más importante su propia felicidad. 

Paralelamente, tenemos a Damon MacReady y a su hija Mindy. Damon (Nicholas Cage) en su día fue un policía honesto que se vio envuelto en una conspiración de corruptos y acabó en la cárcel, dejando desamparada a su pequeña hija; al salir de prisión, decidió tomarse la justicia por su mano y no volver a dejar a su hija a su suerte nunca más, de modo que la entrenó para ser su mano derecha combatiendo el crimen. Caracterizados como BigDaddy y HitGirl, ellos sí pueden ser llamados realmente superhéroes, y cuando Dave, en su personaje de Kick-Ass los conozca, se dará cuenta de que ser un héroe, aunque tenga una parte importante de actitud, corazón y coraje, también requiere un duro entrenamiento tanto físico como moral. HitGirl, con sólo once años de edad no deja de ser una niña pequeña, y sin embargo es capaz de matar limpiamente a hombres y mujeres sin parpadear, mientras que Dave se asusta con sólo ver sangre. Dave llegará a la conclusión de que el esfuerzo físico puede ser duro, pero la dureza moral no es algo que desee para sí. Por igual desilusionado y crecido, abandonará su sueño, pero cuando los villanos le demuestren lo sucio que pueden llegar a jugar, tendrá que enfundarse de nuevo la malla verde para ayudar a sus colegas. 


Kick-Ass es una cinta de superhéroes que no son tales, porque en todo momento son personas normales, sin poderes, ni dinero, ni influencia social... No son mutantes, ni millonarios, ni poseen una inteligencia marcadamente superior a la normal. Son simplemente un adolescente, un padre cansado y una chiquilla, y sin embargo son realmente superhéroes. A diferencia de las cintas de superheroicidades que Hollywood nos ha traído en los últimos años, aunque Kick-Ass tenga su componente de humor, no es especialmente en ello en lo que se apoya, trayéndonos una historia mucho más adulta y cruda que otras, pero sin perder de vista el público al que se dirige, y teniendo por tanto siempre presente la nota de esperanza. En esto también difiere de la más deprimente Watchmen; en Kick-Ass los protagonistas no dejan de ser jóvenes, y por lo tanto, su ternura y su firme fe en que en el fondo todo terminará bien, endulzan una historia que en realidad es dura. 

 Kick-Ass está basada en el cómic homónimo creado por Mark Millar y John Romita jr. en 2008, y
cuyos derechos para el cine fueron comprados incluso antes de que éste saliera a la venta. En un principio, los autores dijeron que se trataba de una historia cerrada, pero el éxito de la cinta les convenció para hacer una secuela, que a su vez también fue llevada al cine bajo el título Kick-Ass 2: Con un par. La película no sólo es muy entretenida, también es ciertamente sensible y plantea preguntas al espectador sobre las que es interesante reflexionar, como la verdadera naturaleza del heroísmo y hasta qué punto el amor no es una pasión tremendamente egoísta. Es una cinta que hace a la vez reír y llorar y que nos invita a sentirnos orgullosos de ser quienes somos y a aceptarnos. Cinefiliabilidad 6, lo que significa que aunque no sea tan fácil de ver como una cinta de superhéroes tal como acostumbramos, merece la pena prestarle toda nuestra atención.


"Se van a enterar de lo que es el terror" Si no coges ésta frase (que no, no es de ésta peli, aunque haya quien lo pueda creer), tienes que ver más cine.