Crónica del Expocómic 2016




Del 3 al 4 de diciembre tuvo lugar en el IFEMA de Madrid la XIX edición del Expocómic. Me ha llevado más de una semana poder escribir sobre este tema y voy a abandonar la forma habitual con la que hago las crónicas para hacerla más personal, más mía. Os podréis imaginar que la que suscribe lleva muchos salones de diferente índole a sus espaldas, diferentes ediciones del mismo y muchos a los que no he podido asistir y me interesaría. Cada salón es diferente, cada uno es distinto incluso en las propias ediciones. 

Llevo yendo al Expocómic de Madrid desde que me mudé a la capital hace ya más de 5 años. A pesar de los pabellones que utilizaba y de que era mucho más pequeño que el de Barcelona, al cual soy asidua desde hace mucho tiempo, siempre me gustó ese calor humano que a veces echo en falta en otros y el poder aún trastear entre stands de tiendas que llevaban números viejos, mangas descatalogados… vamos, lo que llevo haciendo desde que tenía 20 años en los salones, buscar joyas escondidas o números que me faltaban de colecciones descatalogadas. 

Llegué el sábado por la tarde después de trabajar al recinto del IFEMA. Venía cansada, lo reconozco, no tenía ganas de hacer colas ni nada, pero no encontré ninguna. Llegué bien al lugar, ya lo conocía por la Japan Weekend. No había colas en la entrada, todo fue muy fluido y el palacio donde se celebraba estaba bien señalizado. Yo esperaba más gente para un sábado por la tarde (serían las 5), pero bien podría ser que el espacio fuera más grande. 

Ya lo primero que vi fue el stand de la FNAC (ejem) y el de ECC, que utilizaba el mismo que tiene en el salón del cómic de Barcelona (lo mismo por eso no me sorprendió). Me encontré con mi compañero de la revista, que estaba esperando para hacer una entrevista que en breve veréis, y nos dimos una vuelta. Vi mucho revuelo y le pregunté, ¿qué autor es el que firma? Y me dijo, “ es el actor que hace de Darth Maul”. Mi cara fue un poema. “Ajam”, contesté. Seguimos paseando. 

Vislumbramos la isla de librerías. Nos metimos dentro, claramente, a cotillear, que una siempre va a ello. Era un Expocómic y no esperaba encontrar manga y sí americano, pero me sorprendió ver poca tienda de ello. Dentro, los stands de las editoriales más pequeñas y editoriales literarias que se han apuntado a la moda del “vamos a hacer una novela gráfica” (que en algún momento desarrollaré en otro lugar). Muy organizado y aparentemente económico, así que bien. 

Al fondo del todo, pero bien al fondo, estaban los autores firmando. En una fila, todos los autores invitados al evento tenían horas para que los fans fueran. Mi compañero se marchó a hacer la entrevista y me quedé ya sola dando una vuelta. Delante de donde los autores firmaban, estaban las food trucks, algo que ya teníamos fichado de los salones de Barcelona. Pues mira, mejor que un bocata o ramen, siempre estará.

Seguí paseando y en el escenario había un chico llamado Arkano (por lo visto es un rapero, disculpen mi ignorancia), rapeando cosas sobre el Quijote (oye, que no está mal, minipunto para el artista). Justo enfrente había stands diversos, como uno grande de Astiberri por el centro, y luego los artistas que quisieran, podían alquilar un mini stand también muy apañado de precio para poder enseñar su arte.

Al final a lo tonto me había pasado horas en el lugar, subiendo fotos a nuestras redes sociales, saludando a conocidos... Me quedó una sensación en el cuerpo de “bien, pero 15 euros para esto de entrada me parece excesivo” y conste que nosotros tenemos pase de prensa.

Ahora, momento de reflexión. Es el último Expocómic, ahora se convierte en Heroes Comic Con. He leído muchas crónicas y por lo visto, la nueva organización, EasyFairs, lo que pretende es hacer el evento más a la europea o a la americana. O eso he leído, por lo cual, no tengo información de primera mano.

Dicen que han ido 40.000 asistentes, no está mal, no llegarán a ser los 120.000 de Barcelona, pero oye, una mejora con respecto a otros años. Lo cual me lleva a pensar, ¿Por qué la capital, Madrid, con la de aficionados al mundillo del cómic que hay sueltos (entre los cuales me incluyo), no llegan a esa cifra? ¿Por qué mucha gente que conozco ha dejado de ir a ese evento? Tengo dos posibles respuestas a ello: una, por el precio. 15 euros para lo que había parece excesivo. Todo el mundo al que le pregunté me lo ha dicho. Segunda, no les interesa, no ha habido nada que les pudiera llamar la atención para ir. Normalmente, según mi experiencia en el salón del cómic y del manga de Barcelona, parece ser que mueve montañas que vengan autores reconocidos del extranjero. Aquí teníamos a los nuestros, que molan mil y son la releche, pero es que los puedes ver en otros eventos más “familiares” en donde puedes tener más tiempo para hablar con ellos de forma más cercana y compartir intereses y conversaciones mientras hablas de su obra o estás en charlas o mesas redondas (otra de las cosas que ha faltado de forma clara, un espacio para ello, un lugar de encuentro). Pero que me sonara como algo interesante, el actor que hacía de Darth Maul, y aunque sea del universo Star Wars y sea muy interesante, es un actor, no un dibujante o un guionista de cómics (remarco esto).

Me ha faltado también ese famoso espacio donde los autores llevan sus portafolios a Marvel, DC, editoriales francesas o españolas. Si lo había, yo no lo he visto (si alguien lo vio, por favor que me diga). Lo he echado en falta, mucha gente no puede ir a Barcelona, pero sí a Madrid. 

Sólo me queda pensar, después de mucho ver, que Madrid no ha encontrado el evento de cómic con el que dé en la tecla para mover montañas. Ignoro cómo será la próxima Heroes Comic Con, espero que tomen nota de los fallos que ha habido y que refuercen los aciertos, pero sigo pensando, como ya una triste cantinela que digo en todas mis crónicas, “cómo echo de menos las tiendas de cómics en estos eventos”. 

Ysora