TendrĆ­a yo mis trece aƱitos cuando el profe de Religión me pescó leyendo en clase durante el recreo. En teorĆ­a, estaba prohibidĆ­simo permanecer en las aulas fuera de las horas lectivas, pero Ć©l no era de los que se chivaban, de modo que me dejó seguir allĆ­ y me preguntó quĆ© estaba leyendo. Cuando volvĆ­ el libro para que viese la portada, alzó las cejas y un silbido aspirado fue la indicación de que no esperaba encontrarme leyendo la obra mĆ”s conocida de Truman Capote, A sangre frĆ­a. El buen hombre se creyó sin duda en la obligación de hacerme algĆŗn tipo de advertencia, Ā«ya sabes que los libros, son como las setas… no todas son buenasĀ». AsentĆ­ y le asegurĆ© que leĆ­a aquello por amor a la letra impresa y la pluma (no pensemos mal) de Capote, pero no por morbo. Mi dulce profe no tenĆ­a por quĆ© saber que habĆ­a otra cosa que en su dĆ­a sĆ­ leĆ­ por morbo y que llegaba dos aƱos tarde en su advertencia, pues ya a los once habĆ­a metido las narices en los turbios escarceos amorosos de Lady Chatterley.

                Todo esto viene al caso del libro que nos ocupa y a pediros que, por favor, de todo corazón: NO SEƁIS COMO YO. Hay unos libros que deben ser leĆ­dos teniendo una determinada madurez, y al igual que no le darĆ­ais Ā«El ser y la nadaĀ» a un chico de doce aƱos, esperad tambiĆ©n, al menos hasta los veinte, para leer Azul casi transparente.

                Escrita por Ryu Murakami, Azul casi transparente es mĆ”s una serie de experiencias visuales y sensitivas que una novela digna de tal nombre. En lo que se refiere al argumento, trata de un pequeƱo grupo de jóvenes que viven en comuna y cuya existencia se basa sólo en drogarse, emborracharse, oĆ­r mĆŗsica y tener sexo entre ellos y con los soldados norteamericanos de la cercana base militar. En sĆ­, la pequeƱa obra apenas abarca un par de dĆ­as de tiempo, pero cada pĆ”gina relata un millón de imĆ”genes de forma vĆ­vida y casi cinematogrĆ”fica.

                A travĆ©s de las pĆ”ginas de la breve novela, vamos obteniendo parte de información de los personajes y retratamos sus anhelos. En una Ć©poca de cambios y crisis, de exploración e ideales como lo fueron los setenta, vemos que estos jóvenes estĆ”n, esencialmente, aburridos. Hastiados. Por encima de todo ansĆ­an encontrar algĆŗn sentido a su vida, disfrazando ese anhelo como un deseo de mera diversión, bajo el cual no dudan en lanzarse a un frenesĆ­ de fiestas salvajes en las que permiten a los soldados abusar de ellos hasta con brutalidad. No vacilan en pasarse el dĆ­a entero drogados, en probar sustancias de todo tipo y abusar de ellas para sentir algo mĆ”s, buscando encontrar una respuesta a la pregunta que todos nos hemos hecho (o nos haremos) mĆ”s tarde o mĆ”s temprano: «¿La vida es sólo esto?Ā»

                Murakami nos ofrece una narración muy visual, plagada de imĆ”genes y casi a un paso de la prosa poĆ©tica, por mĆ”s que las evocaciones sean en su mayor parte, desagradables. Nos drogamos con los protagonistas, les seguimos en el colocón, en su vacĆ­o o en su miedo de forma tan realista que asusta. El autor no se para en barras y nos ofrece todo lujo de detalles, pero no se trata de una narrativa pesada o barroca, sino de una acumulación de palpitantes escenas que nos hacen desear seguir leyendo, por mĆ”s estĆŗpido o hasta asqueroso que nos resulte lo que leemos. Si sois de los mĆ­os, que yo retiro la vista cuando me hacen un anĆ”lisis de sangre porque me da repelĆŗs, ya os digo que vais a encontrar un par de pĆ”rrafos que os van a dar hasta arcadas. Y aĆŗn asĆ­, no podrĆ©is dejar de leer. Sencillamente, porque es demasiado bueno.

                Escrita cuando el autor contaba veinticuatro aƱitos (y basada, o al menos inspirada en experiencias personales), supuso el primer Ć©xito editorial de Murakami y desencadenó una serie de reacciones en todo Japón. Por un lado, fue considerada rompedora, desgarradora y brutal. Por otro lado, fue considerada obscena e incitadora al alcoholismo y la drogadicción.    Fuera como fuese, Murakami la presentó al premio literario de la revista Gunzo y lo ganó. Se hizo asimismo acreedor al prestigioso premio Akutagawa, el galardón literario mĆ”s prestigioso de Japón.



                Azul casi transparente ha sido definido por los crĆ­ticos como Ā»apto sólo para lectores audacesĀ» y yo coincido. Si lo mĆ”s complicado que has leĆ­do hasta ahora han sido cosas como Ciudad de huesos o Harry Potter, crĆ©eme, espera un poco para leerlo y mientras mira a ver si te gustan tĆ­tulos como Cuentos de Edgar Allan Poe o El retrato de Dorian Gray. Si ya te has metido entre pecho y espalda cositas como La metamorfosis o MĆ”talos suavemente, lĆ©etelo. No te gustarĆ” nada, pero te va a encantar.